El grupo Ouriol está formado por los músicos Bernardo Martínez y Fito Ares, junto a la poeta y recitadora Eva Veiga. Aunque sus integrantes desarrollan por separado una larga y fructífera trayectoria profesional, el grupo se constituye como tal en el año 2000. Desde entonces vienen realizando proyectos muy diferentes, pero con el denominador común de conjugar música y palabra poética en un mismo espacio y un mismo tiempo con el fin de alcanzar una experiencia estética lo más integral posible.
Convencidos de que la vocación última de todo arte es la de comunicar y ser comunicada, la pretensión fundamental del grupo Ouriol es llegar a todos los públicos, desde niños a adultos. Para eso trabajan con entusiasmo y rigor, componiendo ex profeso la música de sus espectáculos y realizando una bien estudiada selección de textos, de modo que la actuación resulte amena y tenga una coherente unidad de forma y contenido. Por otra parte, cada uno de los espectáculos acostumbra incluir proyecciones visuales y otros elementos escenográficos del artista Alfonso Costa.
En todos sus espectáculos, el objetivo esencial del grupo Ouriol consiste en comunicar del modo más eficaz, significativa y estéticamente, la poesía de las autoras y autores escogidos.
La selección, el recitado
Para cada uno de los espectáculos tiene lugar un proceso previo en el que el grupo se sumerge en un universo poético del que aprehender la esencia. Un proceso de estudio y de búsqueda emocional de aquellos momentos de cada poeta o línea poética que más pueden conmover al público.
El recitado de los poemas, a cargo de Eva Veiga, se introduce y mezcla con breves textos más narrativos, no por eso menos poéticos, que ayudarán al público a contextualizar, tanto los autores como sus obras. Son textos que permiten asimismo determinadas inflexiones en el ritmo del recital.
Música creada en directo
Un ritmo recitativo que, en cualquier caso, se une en perfecta combinación con la música interpretada en directo por los propios compositores, Bernardo Martínez y Fito Ares.
La música no es solo un acompañamiento, sino un acuerdo creativo que explora las insólitas posibilidades poéticas de los instrumentos de viento (flauta, saxo y clarinete), de percusión y de otros mecanismos, como los juguetes musicales.
Se trata, en efecto, de hacer música, pero entendida ésta en el amplio sentido de “sonoridad”. Sonoridades que conforman atmósferas porosas en las que, junto a la propia música y la palabra, se sumerge también el público en sensible respiración.
Elemento visual
Las atmósferas quedan igualmente constituídas en apariencia e intensidad por una apropiada iluminación y por una estética visual basada en proyecciones de imágenes realizadas por el artista Alfonso Costa. Estas proyecciones consisten en dos apartados bien diferentes: el que se refiere a la introducción del contentido del recital y que contiene, ademas de grafismos alusivos a los poetas, material fotográfico y de vídeo; y, por otra parte, lo que se refiere al decurso del recital propiamente y que se compone de sucesivas obras pictóricas del reconocido artista. Estas imágenes, de índole abstracta, tienen como objetivo contribuir a la creación de atmósferas y al tiempo acercarse de un modo plástico a la interpretación de los poemas.
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